.

.

sábado, 11 de febrero de 2012

Se ha dejado el orgullo a un lado porque ya no le es necesario. Las ganas de vivir, de volar, de soñar... Se esfumaron hace tiempo. Y ya siente que no tiene nada, salvo el recuerdo. Esa cruel traidora, la esperanza, la que nunca le regaló sonrisas, se marchó también hace tiempo. La esperanza de volar, soñar, vivir... Se fue y sólo le queda una cosa: el recuerdo.
El recuerdo que le clava mil puñaladas cada día ppor mirar al pasado, por no saber mirar al futuro. Su vida organiza sus últimas horas, mientras se va, poco a poco, sigue pensando en ese maldito recuerdo que le impide ir hacia delante por querer ir hacia atrás.