.

.

domingo, 21 de octubre de 2012

M.


A veces me pregunto por qué te fuiste, qué pasó para que de repente me abandonaras sin dar ninguna explicación. ¿Sabes? Te echo mucho de menos. Echo de menos esas conversaciones que teníamos cada día, que no tenían fin; podíamos estar horas y horas hablando y no cansarnos en ningún momento. Siempre teníamos algo de que hablar. Echo de menos el despertarme y ver un “buenos días cachorrita” tuyo. Echo de menos el irme a dormir con un “Buenas noches enana”. Echo de menos esos sabios consejos que hacían que me sintiera bien, y esas bonitas palabras que me dedicabas cada día. Echo de menos las risas. Lo echo de menos todo; incluso cuando me regañabas por beber cerveza. Te extraño. No sabes cuanto. No hay día en el que no piense en ti. Sueño con que un día me despierto y tengo un mensaje tuyo diciéndome que ya estás aquí, que has vuelto y que no volverás a dejarme sola.
Sé que eso no va a pasar, porque tú has decidido marcharte y supongo que por algo será. Imagino muchas cosas, pero yo espero que estés bien y feliz, aunque te hayas olvidado de mí, lo espero; porque te quiero y sé que tú alguna vez lo hiciste también. No puedo evitar no derramar una lágrima cuando pienso en ti.
Has marcado mi vida y siempre te tendré escondida en un rincón de mi corazón, porque fuiste como una segunda madre para mí y una madre NUNCA SE OLVIDA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario