A veces me pregunto por
qué te fuiste, qué pasó para que de repente me abandonaras sin dar ninguna
explicación. ¿Sabes? Te echo mucho de menos. Echo de menos esas conversaciones
que teníamos cada día, que no tenían fin; podíamos estar horas y horas hablando
y no cansarnos en ningún momento. Siempre teníamos algo de que hablar. Echo de
menos el despertarme y ver un “buenos días cachorrita” tuyo. Echo de menos el
irme a dormir con un “Buenas noches enana”. Echo de menos esos sabios consejos
que hacían que me sintiera bien, y esas bonitas palabras que me dedicabas cada
día. Echo de menos las risas. Lo echo de menos todo; incluso cuando me
regañabas por beber cerveza. Te extraño. No sabes cuanto. No hay día en el que
no piense en ti. Sueño con que un día me despierto y tengo un mensaje tuyo
diciéndome que ya estás aquí, que has vuelto y que no volverás a dejarme sola.
Sé que eso no va a pasar,
porque tú has decidido marcharte y supongo que por algo será. Imagino muchas
cosas, pero yo espero que estés bien y feliz, aunque te hayas olvidado de mí,
lo espero; porque te quiero y sé que tú alguna vez lo hiciste también. No puedo
evitar no derramar una lágrima cuando pienso en ti.
Has marcado mi vida y
siempre te tendré escondida en un rincón de mi corazón, porque fuiste como una
segunda madre para mí y una madre NUNCA SE OLVIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario